lunes, 30 de abril de 2012

... Nunca quise sabanas blancas para el amor ...

... El aroma impregnado en cada rincón; el vapor saliendo de los cuerpos jadeantes, como si furiosos volcanes se hubiesen abatido a duelo en una lucha encarnizada ...

 ... La ventana abierta nos regalaba el murmullo de una sociedad que no para, no espera, ni avisa (como la vida misma)... El aire frío rozaba con sutileza nuestra piel entregada a la devastación. Sentiase como un baño de niebla bajo la luna llena ...

... La escasa luz daba el tono perfecto, en el que cada pliegue resalta su forma. Donde cada curva es un abismo, y los pequeños hoyuelos, pozos de inimaginable perdición...

... Yo miraba el flujo rojo perderse en la comisura de tu boca, fundirse entre el carmesí de tus labios humectados y henchidos de pasión. Quería que me bebieras entera, que vaciaras de vida mis huesos, y lacio este cuerpo lo ultrajaras sin ninguna consideración ...

... Pusiste tu mano sobre la herida, tu mirada demostraba compasión. Quite mi brazo de tus caricias, lamiendo tus dedos quise decir que me dejaras disfrutar mi dolor ... Moriría con las sabanas teñidas, pues nunca me han gustado las sabanas blancas para el amor ...

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