domingo, 17 de abril de 2016

Como la tierra después del rocío, tu aroma impregna mis fantasías.

Y mientras sueño despierta, me envuelve esa esencia a la vida misma, a colisiones y supernovas.
Entonces viajo con mis sentidos extrapolados, al instante que nos tuvimos gimiendo al unisonó, y respiro de tu vientre humedecido, de  tus piernas enroscadas a mi cintura.

Inhalo el perfume que divaga por mi pieza, y te froto contra mis sábanas, para que dejes tu fragancia en ellas.
Ese aroma a profundidades del abismo, a océanos azucarados y a cielos infinitos.


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