Regalame una noche a tu lado, y cultivare para ti las estrellas.
De ellas cosechare el brillo fulminante, aquél que de tus ojos me ciega.
Susurrame un suspiro mientras te dejas morir en mis brazos, florecerá a tu alrededor una luna menguante para mantener cálido este lazo.
Y cuando te hundas en las más profundas pinturas que tu mente ha recreado, robaré de ti un beso, para que al despertar sientas lo que es no tenerme a tu lado.
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